"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos
lo que uno ya lleva dentro."
Hay libros que se descubren gracias
al venturoso gesto de dar a leer, vienen dados entre las manos de un buen amigo
ávido de compartir ese tesoro. Así llegó a mis manos la novela del español
Carlos Ruiz Zafón, “La sombra del viento”
publicada por primera vez en 2001 por la editorial Planeta. Quedé atrapa por la
historia desde la primera página, fue como si la propia voz de un niño, Daniel
Sempere (personaje principal), me susurrara al oído de forma fluida, amena y
con notas llenas de humor e intriga su encuentro inolvidable con un libro
misterioso en el corazón de una antigua ciudad llamada: El Cementerio de los
Libros Olvidados.
Siempre he admirado a quien es capaz
de crear un universo propio y, a través de la escritura, compartirlo. La
literatura sirve de puente entre universos y La sombra del viento, enlaza
mundos llenos de pasión por los libros, por esa forma de soñar con palabras,
nos habla del sentimiento que todo lector tiene por la historia que transcurre
entre las páginas, que dejan de ser solo eso y se convierten en un hogar donde
se puede habitar por un instante, o para toda la vida. Es un libro que habla de
libros, de los secretos que guardan y de cómo, a veces, los libros nos adoptan
y nos escogen, porque “cada libro tiene
el alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron, vivieron y
soñaron con él”.
¿Se atreve usted a vivir y soñar con La sombra del viento?
Yo no voy a desvelar la
trama de esta novela, prefiero que ustedes la descubran y la disfruten como se
hace con un delicioso manjar o con un exquisito perfume; solo quiero apuntar
que está ambientada en la primera mitad del siglo XX y que el relato abre paso
a diversas historias, como una suerte de misterios que hacen entrada a cada
vuelta de hojas. Les invito a buscar esta novela en su librería favorita, les
aseguro que la devorarán y no querrán abandonarla hasta que hayan llegado al
final.¿Se atreve usted a vivir y soñar con La sombra del viento?
Angel Gutiérrez.
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