miércoles, 27 de mayo de 2015

La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.


"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos
lo que uno ya lleva dentro."

Hay libros que se descubren gracias al venturoso gesto de dar a leer, vienen dados entre las manos de un buen amigo ávido de compartir ese tesoro. Así llegó a mis manos la novela del español Carlos Ruiz Zafón, “La sombra del viento” publicada por primera vez en 2001 por la editorial Planeta. Quedé atrapa por la historia desde la primera página, fue como si la propia voz de un niño, Daniel Sempere (personaje principal), me susurrara al oído de forma fluida, amena y con notas llenas de humor e intriga su encuentro inolvidable con un libro misterioso en el corazón de una antigua ciudad llamada: El Cementerio de los Libros Olvidados.

Siempre he admirado a quien es capaz de crear un universo propio y, a través de la escritura, compartirlo. La literatura sirve de puente entre universos y La sombra del viento, enlaza mundos llenos de pasión por los libros, por esa forma de soñar con palabras, nos habla del sentimiento que todo lector tiene por la historia que transcurre entre las páginas, que dejan de ser solo eso y se convierten en un hogar donde se puede habitar por un instante, o para toda la vida. Es un libro que habla de libros, de los secretos que guardan y de cómo, a veces, los libros nos adoptan y nos escogen, porque “cada libro tiene el alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron, vivieron y soñaron con él”. 

¿Se atreve usted a vivir y soñar con La sombra del viento?

Yo no voy a desvelar la trama de esta novela, prefiero que ustedes la descubran y la disfruten como se hace con un delicioso manjar o con un exquisito perfume; solo quiero apuntar que está ambientada en la primera mitad del siglo XX y que el relato abre paso a diversas historias, como una suerte de misterios que hacen entrada a cada vuelta de hojas. Les invito a buscar esta novela en su librería favorita, les aseguro que la devorarán y no querrán abandonarla hasta que hayan llegado al final.
Angel Gutiérrez.

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