jueves, 14 de enero de 2016

Nuestros primeros pasos.

Cuentos infantiles en nuestro deposito para fomentar
el hábito de leer desde la niñez.
    Cuando mi hija ingresó en el sistema escolar quise aportar algo de mí a la comunidad educativa; entre otras cosas, comencé a llevar a cabo actividades en torno a los libros. El azar me llevó a gente que como yo sentía placer por la lectura. De allí en adelante las ideas empezaron a fluir, pero más que las ideas ha sido la pasión y dedicación las que me han llevado hace pocos meses a celebrar los cinco años de “Buscadores de Libros de Guayana” con la premisa de dar de leer a la comunidad, de fomentar el hábito de la lectura a través de múltiples actividades. Somos un grupo de voluntarios de diversas edades, habitantes de Ciudad Guayana, estudiantes unos, profesionales otros, amigos unidos en la práctica de hacer algo por el bien común. En principio, solo realizamos intercambios de libros: traes uno, lo colocas en la mesa y te llevas otro que no hayas leído… Luego, las actividades fueron creciendo hasta convertirse en un propósito de vida: solidaridad a través de los libros.

  En “Buscadores de Libros de Guayana” llevamos cinco años recolectando libros nuevos o usados en buen estado para reubicarlos donde hagan falta, realizamos tardes de cuenta cuentos para niños donde a cada uno de los pequeños se le regala un libro para que lleve a su hogar y tenga motivación a leer, visitamos bibliotecas y llevamos enciclopedias apropiadas para el uso de los estudiantes, realizamos conversatorios temáticos acompañados de intercambios de libros del tema tratado, vamos a las universidades y escuelas realizamos bazares con libros que esos estudiantes necesitan, apoyamos a instituciones que luchan por la educación de niños de bajos recursos, de niños trabajadores de los mercados populares de San Félix, aglutinamos talento a nuestro entorno con el lema de que dar es tan bueno como recibir, animando a la gente a dar, y no solo libros, sino lo más importante: tiempo. Tiempo y dedicación que le lleve a descubrir que nuestras acciones generan felicidad en otros y que podamos disfrutar de ese placer y de la sonrisa que podamos lograr. Esos momentos son los de mayor inspiración para seguir adelante en la difícil tarea de enseñar que en los libros hay una ventana de oportunidades para descubrir el mundo y que las circunstancias de nuestras vidas pueden cambiar con educación, que los libros nos hacen más libres de pensamiento, que podemos ver más allá del entorno en que vivimos. La sonrisa de un niño pidiendo que le den un libro, nos inspira. Dar un libro a quien no lo puede comprar, nos inspira. Que alguien se inicie en la lectura por nuestra motivación, nos inspira. Por ello, momento de mayor inspiración fue ver cómo con nuestras actividades de cuenta cuentos, un niño de unos 12 años nos dijo que él quería ser cuenta cuentos y está leyendo mucho para poder contar historias y lograrlo.

En el depósito de Buscadores de Libros
  Los momentos difíciles de nuestro emprendimiento social, solidario, ad honorem y sin fines de lucro, es vernos imposibilitadas de llegar a donde haya más necesidades y carencias educativas, por motivos harto conocidos.

  Apostamos a lo positivo a seguir impactando y sorprendiendo a las personas con libros gratis, trabajando en la búsqueda diaria de libros para luego compartir. Vemos rostros sorprendidos por lo que hacemos y se motivan a darnos el capital de nuestro emprendimiento: los libros. Cuando damos, motivamos y ese es uno de nuestros mayores logros: inspirar a otros a hacer algo por la comunidad, por tus semejantes. En fin, apostamos a que todos hagan algo por el bien común.


Eso ha sido “Buscadores de Libros de Guayana”.

Mariela Mendoza 

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