lunes, 23 de marzo de 2015

Evocación de la pasión en las letras de un poeta, por Marielen Muñoz.


La etapa en que algunos seres humanos en diferentes circunstancias de fortuna, en mayor o menor medida han sentido amor: un amor mágico, que los hace transportar a otro mundo cósmico y que desborda fantasía, como lo es el amor anhelado por la pareja.  
En este ensayo les pretendo mencionar como el amor, el deseo y el anhelo por el ser amado se desenvuelve dentro de poemario “Los dictados del amor”, y categorizar el mismo dentro de la poesía  erótica. Para ello voy a definir lo que, través de ejemplos seria el extrañar y desear poseer a un ser amado de ahí extraer categorías de análisis para finalmente buscar elementos en el poemario “Los dictados del fuego” y extraer semejanzas, las cuales me permitan sustentar que la voz poética que encontramos en el poemario es una amante mujer que vive por la espera de un amor icónico y ubicar el poemario dentro de la poesía erotica.
Así como sentimos amor, también pasamos por momentos que nos conducen al desamor. El desamor es antónimo y enemigo del amor; es como la muerte en la vida de los seres humanos. Anda rodando en busca de almas perdidas que por temor, desapego, deseos reprimidos o anhelos, son capaces de cometer locuras. Y es que el amor inicia así como una locura, que puede terminar en infortunios o dichosamente con finales.
 La literatura erótica es el alma viva de los apasionados que plasman, por medio de las letras, todo un mundo pasional donde está envuelto el amor y la sensualidad. Al respecto, es necesario mencionar a una poeta brillante que destaca en cuanto al contenido erótico y al deseo vehemente, el anhelo y a las suplicas de un amor turbio que servirá como ejemplo del erotismo y deseo que servirá como ejemplo para categorizar el poemario “Los dictados del fuego”. La poeta occidental griega Safo de Lesbos (625-580 a. d. C).
Safo fue una de las pioneras que destaco dentro de la poesía erótica, y en su inspiración encontramos los deseos más lujuriosos que pueda sentir una mujer por otra. Y es que Safo de Lesbos tenía un gusto particular por las mujeres. Ciertamente había besado a muchos hombres, pero ninguno lograba estremecer todos sus sentidos ni erizar su piel como era capaz de hacerlo el beso de una mujer, como nos lo revela un verso en el siguiente poema.
“Beso vivo”
Besé a tantos, de tantos fui besada, mas ni uno solo     Me dejó marcada la piel y el alma como tú, mujer. (Safo, 2009)              
En su poema “Ven sobre mí”, Safo hace el llamado a su amante para que se postre sobre ella, advirtiéndole que se hallará afligida, pero sin embargo codicia la presencia del objeto.  
“Ven sobre mí”
Si, muertos los jardines, te asomaras
por los agrietamientos en el muro,
recobraría su color más puro
cada devastación que contemplaras.
Y si al pie de los álamos hallaras
mirlos y alondras que desmán oscuro
cortó las alas, por gentil conjuro
de tu tacto y tu voz las renovaras.
Mira que soy mujer atribulada,
vida marchita y alma desalada,
aspirando al prodigio de tu abrazo.
Ven sobre mí, mujer, blando oleaje
suave alborada, brisa en el ramaje,
y adormézcame el sol en tu regazo. (Safo, 2009)

La vehemencia con que escribía  Safo de Lesbos demuestra que desde tiempos remotos ya se venía hablando del deseo. No solo ahora los humanos piden a gritos la caricia de un amante; ya antes de Cristo, estas imágenes pasionales se iban describiendo y consolidando en la poesía erótica, por ello cito este poema de Safos cuyas figuras literarias me van evocando similitudes con el poemario “los dictados del fuego”

Por otra parte, Juan Guerrero en su ensayo “Sobre el desamor” (2010) nos indica lo siguiente: 
No sólo existen seres desnutridos de hambre material, también hay otros desnutridos del alma, quienes no han aprendido a expresar abiertamente, sin complejos, sin temores, su amorosidad. Y esta no es en modo alguno la expresión de la “vida rosa”. Es sentirse vivo, absolutamente humano: declarar ante el Otro que existe y se atreve a expresar su humanidad. (Guerrero, 2010)

Guerrero nos relata que el amor es una forma de expresión constante, de declaraciones de deseos, y eso es exactamente lo que encontramos dentro de la poesía erótica, constantes voces de esperanzas hacia otro ser humano sin ningún tipo de tabús donde las figuras literarias son el adorno perfecto para disimular  sentimientos o deseos libidinosos.

Así mismo, para seguir indagando dentro de la poesía erótica, conseguí en el poemario “La pasión disimulada” (2010), de Carmen Rodríguez, una voz poética de una fémina que se desvive por su amado y ansia más de él.
“Porque probé tu boca
no puedo alejar la mía
Y te pregunto…ANGUSTIA
Te pregunto… TEMOR

Las respuestas sonríen ausentes en tu mirada
Y mi boca sigue húmeda
Y ya no quiero solo besos…”( Rodríguez, 2010)



Dentro de la Biblia, conseguimos fragmentos donde destaca la búsqueda contante del amor como por ejemplo en Cantar de los cantares capítulo 4 versículo del 1 al 4 describe lo siguiente:
Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Búsquelo, y no lo hallé.
                     Levantaréme ahora, y rodearé por la ciudad;
Por las calles y por las plazas
Buscaré al que ama mi alma:
Busquélo, y no lo hallé.
 Halláronme los guardas que rondan la ciudad,
Y díjeles:
                     ¿Habéis visto al que ama mi alma?
Pasando de ellos un poco,
Hallé luego al que mi alma ama:
Trabé de él, y no lo dejé,
Hasta que lo metí en casa de mi madre,
Y en la cámara de la que me engendró. (Reina Valera, 1960)

Este capítulo de la biblia es muy poético  y tiene similitud con la espera y semejanza con lo que he mencionado en líneas arribe, el deseo sometido por el amor, una mujer que sale en búsqueda de su venerado.


“Los dictados del fuego” (2012) poemario incluido en la colección Cuaderno de poesía del fondo editorial UNEG; escrito por Rosario Figallo quien con sus versos de forma libre expone el alma de una mujer desvivida, que siente vibrar todo su cuerpo con el solo pensar al ser anhelado desde la más profunda intimidad.

Rosario Figallo crea un poemario que está dedicado “a la vida, al amor, a las personas que han amado, a las personas que ha amado y a Dios” con una presentación emotiva por parte de Carmen Cava donde le agradece a Dios por el arte que le ha concebido a Figallo como es la expresión de las palabras que esta enuncia con el alma. El Poemario conformado por 11 poemas, pero que llevan consigo una carga emotiva, pasional y deslumbrante donde se presenta una voz poética femenina, cálida, sensual y perspicaz que desde el alma evoca sus más codiciados deseos y anhelos hacia un ser amado, pero desde el punto de vista del amor de pareja.

Estas formas de entender el amor desde la pasión en Safo de Lesbos, el deseo “La pasión disimulada” o en la anhelo y busques que nos refleja la “Biblia” me instauran a clasificar dentro de la poesía erótica la obra de Rosario Figallo.  Ya que Según Milagros Salvador (2009) “La poesía erótica representa, dentro de la poesía amorosa, una lírica especial de la pasión que exalta el deseo y acepta el cuerpo como el elemento sustancial en el gozo de la sensualidad.” Tomando en cuenta lo señalado por Milagros Salvador, consideraré la exaltación del cuerpo en el gozo como indicadores de poesía erótica. La mayor o menor presencia de estos indicadores  en el cuerpo del poema, me servirá como referencia para definir el poema como erótico, considerando las matices que pueden haber dentro de él.  
“Quisiera”

“Quisiera que fueras el agua que baña mi cuerpo…
que va desde la cabeza a los pies,
bifurcándose entre mis pechos,
para luego unirse con mi monte de venus…

                      Quisiera que fueras la ropa que cubre mi piel,
que esconde la desnudez de las miradas
de los hombres pero que sólo tú disfrutas,
porque te pertenece.

Quisiera que fueras los brazos que cobijan…
para perderme en tu pecho, arrullada
por los dulces latidos de tu corazón…

Quisiera que me hicieras el amor
en un lecho de sábanas blancas…
llenando mi cuerpo de mil pétalos de rosas,
que fueras quitando una a una con tus labios…

Quisiera que en ese momento
mientras me turbas y me excitas,
decirte que te amo…con un largo suspiro
que robarías de mis entrañas

Quisiera tenerte tan cerca,
tan cerca que pudieras sumergirte
en la profundidad de mi alma
y me tocaras con la dulzura de tu amor…

Quisiera en la demencia cuerda
de mi estado poético,
volar hasta ti y llenarte con mi vida…
que sólo tiene sentido cuando evoco tu nombre…
quisiera… tantas cosas, amor, quisiera…”( Figallo, 2010) pag. 20,21.

 “Los dictados del fuego” destaca la voz poética que añora al amado, se nos muestra anhelante e impaciente por llenar la ausencia del objeto que no termina de poseerse:

“Amado mío”
No me dejes amor sin tu alegría,
devuélveme la confianza, devuélveme el querer.
No te imaginas lo sola y triste que he tenido
que transmitir este camino sin ti…

Todo ha estado tan oscuro,
tan silencioso que me da miedo continuarlo.
Vuelvo sobre mis pasos a buscarte a decirte
que te amo y que siempre tendrás mi amor
mi corazón y mis pensamientos…

Amor que despertaste de tan largo sueño
y que sólo existe cuando estás conmigo.
Devuélveme la vida, los colores a mi arcoíris,
la luz a mis estrellas…

lléname de tus palabras, lléname de tus besos,
estréchame fuertemente entre tus brazos
y haz que su calor se funda en mi corazón…

Hazme sentir que me amas
Que lo soy todo para ti,
¿por qué te cuesta tanto decírmelo?
¿Acaso realmente lo sientes?

¿O es sólo la fantasía de mi corazón que te busca perdida sin que sea verdad ese sentimiento?

Me despedí de ti y hoy regreso
como el hijo pródigo al hogar.
Calma mi sed de ti,
no me dejes que me vaya nunca más…
te necesito… te necesito…
Envuélveme en tu vida nuevamente
quiero volver a ser feliz a tu lado…(Figallo,2010 ) pag.22,23.

Pareciera que en este poemario destacara una condición de éxtasis   pero añorada y aún no está completa por el hecho de que no ha sido consolidada por la ausencia del objeto, y este es un tema reiterado en “Los dictados del fuego” así como el extrañar, desear poseer y todo se va quedando sumergido en interrogantes como por ejemplo en las líneas anteriores “¿Acaso realmente lo sientes?”, “ ¿O es sólo la fantasía de mi corazón que te busca perdida sin que sea verdad ese sentimiento?”. Rosario Figallo, (2010).
“Tú recuerdo”
Escucho el ruido de las olas…
quisiera sumergirme en ellas y no ser más…
hasta cuándo me ahogará este dolor
hasta cuando voy a recordarte…

Lágrimas corren como manantial en mi rostro
no puedo detenerlas, es mi corazón quien llora…
Un fuerte dolor siento en mi pecho
y no puedo respirar cuando logro hacerlo,
recuerdo tu aroma.

Dónde estarás mi amor, qué brazos te obijarán…
desnudé mi alma y te la entregué
no puedo callar…

hundida en la desesperanza se encuentran,
clavado estás en mi vida… fundido en mi mente,
mis pensamientos te evocan…te anhelan…
te extrañan y tú allí en el mutismo de las mil
preguntas, sin darle respuesta convincente a mis
temores.

Padre sácalo de mi vida…
que ya no me lastime más…

Que no me perturbe su ausencia… su lejanía
su falsedad y sus mentiras ya no me hieran…
que su recuerdo de desvanezca como los colores
del arcoíris, para respirar nuevamente y recordar el ayer sin dolor.

Padre, a pesar de todo, guíale en su andar. .. (Figallo,2010) pag.26,27.

El discurso “Los dictados del fuego” está regido por una cadena de sentimientos que va ascendiendo pasionalmente con el pasar de las páginas, descubrimos la esperanza, el anhelo y el corazón apasionado de una mujer que ambiciona en carne viva la atención del ser por el que se desvive en cada poema. Esta mujer amante, amiga, pintoresca que nos propone Rosario Figallo puede ser cualquiera guayanesa que en lo profundo de su corazón retumban los pensamientos más fugaces, que son órdenes del mismo fuego, de un corazón vivo, de una piel encarnada que asecha a su hombre o mujer amante.

El cuerpo del poemario nos presenta según, los indicadores que tomaría en cuanta, un poemario donde el discurso erótico es la constante que más lo representa por la exaltación del cuerpo y a su vez el gozo y las ansias de los deseos libidinosos a pesar de que algunos poemas contengan matices amorosos estos con contrastados con lo erótico para representar a la mujer en su máxima expresión del amor.

Marielen Muñoz
Universidad Nacional Experimental de Guayana
Educacion mencion, Lengua y Literatura.

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