La
etapa en que algunos seres humanos en diferentes circunstancias de fortuna, en
mayor o menor medida han sentido amor: un amor mágico, que los hace transportar
a otro mundo cósmico y que desborda fantasía, como lo es el amor anhelado por
la pareja.
En
este ensayo les pretendo mencionar como el amor, el deseo y el anhelo por el
ser amado se desenvuelve dentro de poemario “Los dictados del amor”, y
categorizar el mismo dentro de la poesía
erótica. Para ello voy a definir lo que, través de ejemplos seria el
extrañar y desear poseer a un ser amado de ahí extraer categorías de análisis
para finalmente buscar elementos en el poemario “Los dictados del fuego” y
extraer semejanzas, las cuales me permitan sustentar que la voz poética que
encontramos en el poemario es una amante mujer que vive por la espera de un
amor icónico y ubicar el poemario dentro de la poesía erotica.
Así
como sentimos amor, también pasamos por momentos que nos conducen al desamor. El
desamor es antónimo y enemigo del amor; es como la muerte en la vida de los
seres humanos. Anda rodando en busca de almas perdidas que por temor, desapego,
deseos reprimidos o anhelos, son capaces de cometer locuras. Y es que el amor
inicia así como una locura, que puede terminar en infortunios o dichosamente
con finales.
La literatura erótica es el alma viva de los apasionados
que plasman, por medio de las letras, todo un mundo pasional donde está
envuelto el amor y la sensualidad. Al respecto, es necesario mencionar a una
poeta brillante que destaca en cuanto al contenido erótico y al deseo vehemente,
el anhelo y a las suplicas de un amor turbio que servirá como ejemplo del
erotismo y deseo que servirá como ejemplo para categorizar el poemario “Los
dictados del fuego”. La poeta occidental griega Safo de Lesbos (625-580 a . d. C).
Safo
fue una de las pioneras que destaco dentro de la poesía erótica, y en su
inspiración encontramos los deseos más lujuriosos que pueda sentir una mujer
por otra. Y es que Safo de Lesbos tenía un gusto particular por las mujeres.
Ciertamente había besado a muchos hombres, pero ninguno lograba estremecer
todos sus sentidos ni erizar su piel como era capaz de hacerlo el beso de una
mujer, como nos lo revela un verso en el siguiente poema.
“Beso
vivo”
Besé a tantos, de
tantos fui besada, mas ni uno solo Me
dejó marcada la piel y el alma como tú, mujer. (Safo, 2009)
En
su poema “Ven sobre mí”, Safo hace el
llamado a su amante para que se postre sobre ella, advirtiéndole que se hallará
afligida, pero sin embargo codicia la presencia del objeto.
“Ven sobre mí”
Si, muertos los
jardines, te asomaras
por los
agrietamientos en el muro,
recobraría su color
más puro
cada devastación que
contemplaras.
Y si al pie de los
álamos hallaras
mirlos y alondras que
desmán oscuro
cortó las alas, por
gentil conjuro
de tu tacto y tu voz
las renovaras.
Mira que soy mujer
atribulada,
vida marchita y alma
desalada,
aspirando al prodigio
de tu abrazo.
Ven sobre mí, mujer,
blando oleaje
suave alborada, brisa
en el ramaje,
y adormézcame el sol
en tu regazo. (Safo, 2009)
La
vehemencia con que escribía Safo de Lesbos
demuestra que desde tiempos remotos ya se venía hablando del deseo. No solo
ahora los humanos piden a gritos la caricia de un amante; ya antes de Cristo, estas
imágenes pasionales se iban describiendo y consolidando en la poesía erótica,
por ello cito este poema de Safos cuyas figuras literarias me van evocando
similitudes con el poemario “los dictados del fuego”
Por
otra parte, Juan Guerrero en su ensayo “Sobre el desamor” (2010) nos indica lo
siguiente:
No sólo existen seres
desnutridos de hambre material, también hay otros desnutridos del alma, quienes
no han aprendido a expresar abiertamente, sin complejos, sin temores, su
amorosidad. Y esta no es en modo alguno la expresión de la “vida rosa”. Es sentirse
vivo, absolutamente humano: declarar ante el Otro que existe y se atreve a
expresar su humanidad. (Guerrero, 2010)
Guerrero
nos relata que el amor es una forma de expresión constante, de declaraciones de
deseos, y eso es exactamente lo que encontramos dentro de la poesía erótica,
constantes voces de esperanzas hacia otro ser humano sin ningún tipo de tabús
donde las figuras literarias son el adorno perfecto para disimular sentimientos o deseos libidinosos.
Así
mismo, para seguir indagando dentro de la poesía erótica, conseguí en el
poemario “La pasión disimulada” (2010), de Carmen Rodríguez, una voz poética de
una fémina que se desvive por su amado y ansia más de él.
“Porque probé tu boca
no puedo alejar la
mía
Y te
pregunto…ANGUSTIA
Te pregunto… TEMOR
Las respuestas
sonríen ausentes en tu mirada
Y mi boca sigue
húmeda
Y ya no quiero solo
besos…”( Rodríguez, 2010)
Dentro de la Biblia, conseguimos fragmentos
donde destaca la búsqueda contante del amor como por ejemplo en Cantar de los
cantares capítulo 4 versículo del 1 al 4 describe lo siguiente:
Por las noches busqué
en mi lecho al que ama mi alma: Búsquelo, y no lo hallé.
Levantaréme ahora, y
rodearé por la ciudad;
Por las calles y por
las plazas
Buscaré al que ama mi
alma:
Busquélo, y no lo
hallé.
Halláronme los guardas que rondan la ciudad,
Y díjeles:
¿Habéis visto al que ama
mi alma?
Pasando de ellos un
poco,
Hallé luego al que mi
alma ama:
Trabé de él, y no lo
dejé,
Hasta que lo metí en
casa de mi madre,
Y en la cámara de la
que me engendró. (Reina Valera, 1960)
Este capítulo de la biblia es muy
poético y tiene similitud con la espera
y semejanza con lo que he mencionado en líneas arribe, el deseo sometido por el
amor, una mujer que sale en búsqueda de su venerado.
“Los dictados del fuego” (2012) poemario
incluido en la colección Cuaderno de poesía del fondo editorial UNEG; escrito
por Rosario Figallo quien con sus versos de forma libre expone el alma de una
mujer desvivida, que siente vibrar todo su cuerpo con el solo pensar al ser
anhelado desde la más profunda intimidad.
Rosario Figallo crea un poemario que está
dedicado “a la vida, al amor, a las personas que han amado, a las personas que
ha amado y a Dios” con una presentación emotiva por parte de Carmen Cava donde
le agradece a Dios por el arte que le ha concebido a Figallo como es la
expresión de las palabras que esta enuncia con el alma. El Poemario conformado
por 11 poemas, pero que llevan consigo una carga emotiva, pasional y
deslumbrante donde se presenta una voz poética femenina, cálida, sensual y
perspicaz que desde el alma evoca sus más codiciados deseos y anhelos hacia un
ser amado, pero desde el punto de vista del amor de pareja.
Estas formas de entender el amor desde la
pasión en Safo de Lesbos, el deseo “La pasión disimulada” o en la anhelo y
busques que nos refleja la “Biblia” me instauran a clasificar dentro de la
poesía erótica la obra de Rosario Figallo.
Ya que Según Milagros Salvador (2009) “La poesía erótica representa,
dentro de la poesía amorosa, una lírica especial de la pasión que exalta el
deseo y acepta el cuerpo como el elemento sustancial en el gozo de la sensualidad.”
Tomando en cuenta lo señalado por Milagros Salvador, consideraré la exaltación
del cuerpo en el gozo como indicadores de poesía erótica. La mayor o menor
presencia de estos indicadores en el
cuerpo del poema, me servirá como referencia para definir el poema como
erótico, considerando las matices que pueden haber dentro de él.
“Quisiera”
“Quisiera que fueras
el agua que baña mi cuerpo…
que va desde la
cabeza a los pies,
bifurcándose entre
mis pechos,
para luego unirse con
mi monte de venus…
Quisiera que fueras la
ropa que cubre mi piel,
que esconde la
desnudez de las miradas
de los hombres pero
que sólo tú disfrutas,
porque te pertenece.
Quisiera que fueras
los brazos que cobijan…
para perderme en tu
pecho, arrullada
por los dulces
latidos de tu corazón…
Quisiera que me
hicieras el amor
en un lecho de
sábanas blancas…
llenando mi cuerpo de
mil pétalos de rosas,
que fueras quitando
una a una con tus labios…
Quisiera que en ese
momento
mientras me turbas y
me excitas,
decirte que te
amo…con un largo suspiro
que robarías de mis
entrañas
Quisiera tenerte tan
cerca,
tan cerca que
pudieras sumergirte
en la profundidad de
mi alma
y me tocaras con la
dulzura de tu amor…
Quisiera en la
demencia cuerda
de mi estado poético,
volar hasta ti y
llenarte con mi vida…
que sólo tiene
sentido cuando evoco tu nombre…
quisiera… tantas
cosas, amor, quisiera…”( Figallo, 2010) pag. 20,21.
“Los
dictados del fuego” destaca la voz poética que añora al amado, se nos muestra
anhelante e impaciente por llenar la ausencia del objeto que no termina de
poseerse:
“Amado mío”
No me dejes amor sin tu alegría,
devuélveme la confianza, devuélveme el
querer.
No te imaginas lo sola y triste que he tenido
que transmitir este camino sin ti…
Todo ha estado tan oscuro,
tan silencioso que me da miedo continuarlo.
Vuelvo sobre mis pasos a buscarte a decirte
que te amo y que siempre tendrás mi amor
mi corazón y mis pensamientos…
Amor que despertaste de tan largo sueño
y que sólo existe cuando estás conmigo.
Devuélveme la vida, los colores a mi
arcoíris,
la luz a mis estrellas…
lléname de tus palabras, lléname de tus
besos,
estréchame fuertemente entre tus brazos
y haz que su calor se funda en mi corazón…
Hazme sentir que me amas
Que lo soy todo para ti,
¿por qué te cuesta tanto decírmelo?
¿Acaso realmente lo sientes?
¿O es sólo la fantasía de mi corazón que te
busca perdida sin que sea verdad ese sentimiento?
Me despedí de ti y hoy regreso
como el hijo pródigo al hogar.
Calma mi sed de ti,
no me dejes que me vaya nunca más…
te necesito… te necesito…
Envuélveme en tu vida nuevamente
quiero volver a ser feliz a tu lado…(Figallo,2010
) pag.22,23.
Pareciera
que en este poemario destacara una condición de éxtasis pero añorada y aún no está completa por el
hecho de que no ha sido consolidada por la ausencia del objeto, y este es un
tema reiterado en “Los dictados del fuego” así como el extrañar, desear poseer
y todo se va quedando sumergido en interrogantes como por ejemplo en las líneas
anteriores “¿Acaso realmente lo sientes?”, “ ¿O es sólo la fantasía de mi
corazón que te busca perdida sin que sea verdad ese sentimiento?”. Rosario
Figallo, (2010).
“Tú recuerdo”
Escucho el ruido de las olas…
quisiera sumergirme en ellas y no ser más…
hasta cuándo me ahogará este dolor
hasta cuando voy a recordarte…
Lágrimas corren como manantial en mi rostro
no puedo detenerlas, es mi corazón quien
llora…
Un fuerte dolor siento en mi pecho
y no puedo respirar cuando logro hacerlo,
recuerdo tu aroma.
Dónde estarás mi amor, qué brazos te obijarán…
desnudé mi alma y te la entregué
no puedo callar…
hundida en la desesperanza se encuentran,
clavado estás en mi vida… fundido en mi
mente,
mis pensamientos te evocan…te anhelan…
te extrañan y tú allí en el mutismo de las
mil
preguntas, sin darle respuesta convincente a
mis
temores.
Padre sácalo de mi vida…
que ya no me lastime más…
Que no me perturbe su ausencia… su lejanía
su falsedad y sus mentiras ya no me hieran…
que su recuerdo de desvanezca como los
colores
del arcoíris, para respirar nuevamente y
recordar el ayer sin dolor.
Padre, a pesar de todo, guíale en su andar.
.. (Figallo,2010) pag.26,27.
El
discurso “Los dictados del fuego” está regido por una cadena de sentimientos
que va ascendiendo pasionalmente con el pasar de las páginas, descubrimos la
esperanza, el anhelo y el corazón apasionado de una mujer que ambiciona en
carne viva la atención del ser por el que se desvive en cada poema. Esta mujer
amante, amiga, pintoresca que nos propone Rosario Figallo puede ser cualquiera
guayanesa que en lo profundo de su corazón retumban los pensamientos más
fugaces, que son órdenes del mismo fuego, de un corazón vivo, de una piel
encarnada que asecha a su hombre o mujer amante.
El
cuerpo del poemario nos presenta según, los indicadores que tomaría en cuanta,
un poemario donde el discurso erótico es la constante que más lo representa por
la exaltación del cuerpo y a su vez el gozo y las ansias de los deseos
libidinosos a pesar de que algunos poemas contengan matices amorosos estos con
contrastados con lo erótico para representar a la mujer en su máxima expresión
del amor.
Marielen
Muñoz
Universidad
Nacional Experimental de Guayana
Educacion mencion, Lengua y Literatura.
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