Andreina Koch, estudiante de la UNEG. |
Desde la Venezuela
Colonial, donde la mujer no se le permitía escribir ni poder expresar sus
emociones a través del arte, a nuestra actualidad, se ha logrado avanzar mucho
en el arte de la poesía erótica femenina.
Existe un raro
espécimen, donde se ubica a Sor María de los Ángeles en un convento,
convirtiéndose en la primera poetisa venezolana o por lo menos el único
testimonio literario documentado de una mujer del siglo XVIII, ella logra
poseer una gracia poética que no era reconocida en la época pero logró formar
huellas para la siguientes generaciones.
Entre otras autoras
ya del siglo XX, podemos mencionar como máxima representante de la literatura
erótica a María Calcaño, pero se puede mencionar a Enriqueta Arvelo, Luisa Del
Valle Silva, Antonia Palacios, Mercedes Bermúdez, Olga Luzardo, Ana Enriqueta
Terán, entre otras.
A principios del
siglo XX es que se observa un cambio en la literatura, ya no es solo una
historia de amor entre mujer y hombre, lo típico, tan calificado de “normal”;
ahora es una historia de amor con su propio género. Entre las escritoras
venezolanas contemporáneas en el estilo de narrativa existe la voz de Gisela
Kozak, insertada en una tradición tan antigua que data desde Safo de Lesbos, en
la Grecia Antigua. Ella es una de las que introduce el tema lésbico en su
literatura, donde se observa una figura de personajes femeninos presentes y
fuertes, siendo capaz de ejercer su sexualidad libremente.
Aunque la literatura
femenina lésbica es una minoría en el mercado, se ha logrado en Venezuela con
la presencia de escritoras como: Ana Nuño (1957), Dina Piera Di Donato (1957),
Manon Kubler (1961), Verónica Jaffé, entre otras.
Siendo
nuestra sociedad tan marcada por el silencio y los secretos, pudo lograr
aflorar en la mente de cada una de estas escritoras la revelación del sujeto
lésbico. Aquella “salida del clóset” podemos entenderla como la anulación de la
clandestinidad, como un mecanismo de lograr escribir con libertad, sin tapujos,
en una sociedad como la venezolana, tan cerrada, donde se condena el alma de
artistas homosexuales por una cultura excesivamente patriarcal. La mujer
lesbiana se sitúa en oposición al
sistema, por lo tanto crea su propio ecosistema, sus reglas, con un
significado diferente. Es lo que podemos entender, por ejemplo, de la poesía de
Sara Mukherjee, una autora nacida en Argentina, pero con años residenciada en
Guayana:
…Libres para
escoger nuestro propio amor
Sin secretos.
Lejos de opresión y
lucha…
La literatura
lésbica no se puede definir como simplemente literatura homosexual, por
ejemplo, no definimos literatura heterosexual, pero puede entender un lector
avanzado pequeñas huellas que deja el escritor para “leer entre líneas” ciertos
matices que caracterizan dicha literatura.
Literatura Erótica Homosexual Femenina en Guayana
“...Es la Libertad el
don más preciado que perseverante persigue mi anhelo y las doradas cadenas de
la fantasía mantengo alejadas de mi senda umbría.”
Sara Mukherjee. “Arena y Espuma”
Aunque en Guayana la
escritura homosexual erótica es un tema nuevo, se conoce que una de las
primeras autoras del tema es Dina Piera Di Donato, la cual vive en Manhattan
desde el año 1999; realizó estudios de licenciatura, maestría y DEA en estudios
Hispanoamericanos en París, Francia (1977-1984). La escritura de Dina Piera Di
Donato no es una lectura fácil donde abunda lo obvio, tampoco, donde se observa
un marcado erotismo, ella utiliza un erotismo muy diluido, ella huye de la sentimentalidad,
la desecha, asomando el contexto social y cultural venezolano, coexistiendo con
las culturas y su formación italiana y árabe.
Entre los muchos
libros que ha logrado publicar, se encuentra “Mi vecina sin hombres”, donde
expresa:
“Éramos buenas
demonias
Cuidándonos
Su cerco de púas
atrae al colibrí
Para las flores del
espinar
Las frutas dulces
que nos permiten”
Realizando un
estudio de significación podemos obtener una idea que no es tan notoria, tan
simple, pero se pueden observar pequeñas huellas de la tensión cultural
provista en Venezuela en el tiempo de la escritura, pues la mayoría de las
escritoras con temas eróticos en Venezuela son de los años ochenta y noventa;
no es casualidad cuando se presume que existe una relación entre la literatura
y la sociedad, ya que el país vivía estallidos sociales, políticos, aquella
violencia y pobreza desenfrenada que pudo contagiarse a la literatura.
Como se observa en
Dos, Dina Pera Di Donato:
“Silencio
Esta isla
rodeada de las aguas
Hablar
que es cruzar a nado…”
En Medio de las Bestias: María Elena Ferrer
“Si alguien en este pueblo no conoce el arte de amar,
Lea este poema y, adoctrinado por su lectura, ame.”
Ovidio, “El arte de amar”
Aunque el título del poemario
es En medio de las bestias, no es una imagen que está presente en el
poemario; sin embargo es constante la metáfora de ser una sociedad, donde la
ferocidad humana, la bestialidad casi carnal del hombre, aquél que destruye
como animal primitivo al propio hombre, que come constantemente su propia
bestia, logra estar presente, como por ejemplo en:
“Honda
y eterna una mujer
Duerme
en medio de las bestias…”
Comienza el poemario con este
texto, donde en el primer momento leemos un epígrafe, de Juan Rulfo:
“Pero
es peligroso caminar por donde todos caminan,
Sobre
todo llevando este peso que yo llevo,
Este
peso se ha de ver por cualquier ojo que me mire;
Se ha
de ver como si fuera una hinchazón rara. Yo así lo siento.”
Se observa una homologación
presente en su poema “Desgarrón”:
“La
enfermedad nació conmigo
Ha
venido de una hendidura maltrecha y enrojecida…”
“La
enfermedad tiene graves excesos de repugnancia,
Escepticismo
y locura…”
La
enfermedad nació conmigo
¿Dios
tendrá la culpa?
María Elena Ferrer
indaga salidas hacia la duda razonable, caracterizada de una poesía racional,
pensante, donde despotrica al amor y enseña una identidad de mujer poeta donde
no es la misma que escribirá de cosas sentimentales, sino mostrará un erotismo
salvaje, inteligente, pensante, casi animal y primitivo. Como se nota en “In
Love”:
“Llegarás
un buen día a masticarme,
Engullirme,
Devorarme,
No pediré
piedad,
Me dejaré
comer…”
Así mismo en su
nuevo poemario La danza de réprobo y los jaguares asexuados, dice Ferrer:
“Madre
si vieras mi rostro en este instante,
Si
vieras mi otro YO tan incapaz de abrir los ojos,
Tan
incapaz del leve parpadeo,
Si
vieras el horror amasado con tu sangre,
Si
vieras tu bien amado convertido en una copa de miserias…”
Ahí Ferrer logra
dialogar con su madre acerca de un amor de mujer a mujer y pudiéramos resaltar
el parecido o los vínculos dialogantes que tiene ese poema con otro de María
Calcaño titulado “Retorno”. Dice Calcaño, refiriéndose al amor hacia un hombre:
“No me
beses madre,
Hoy
traigo los labios,
Manchados
con otros.
No son como
antes
Dos
pétalos blancos
Hoy los
tengo rojos…”
Se nota una
homologación que se inserta en una tradición poética, evidenciando con ello los
múltiples enlaces a los que puede llevarnos la poesía.
Andreina Lovera
Universidad Nacional
Experimental de Guayana
Educación mención Lengua y
Literatura
Es increíble contar con grandes escritoras como lo son estas mujeres venezolanas, e igual -quizá- es de proporcional lo increíble que empiezan a crecer estas chicas, estudiantes de Lengua y Literatura en Guayana. Siendo parte de la primera promoción están dejando grandes huellas en la UNEG y en la ciudad, la literatura en Guayana, andará con creces, y enormes frutos.
ResponderEliminarEspero, que sigan hasta el final y no se rindan.
El Arte debe seguirse expandiendo por todos los rincones de esta hermosa ciudad.
No dejen de luchar y continúen promoviendo talleres, charlas, foros, etc.
Y a esos grandes profesores sigan impartiendo sus conocimientos y creando mejores profesionales críticos, racionales e independientes.
PD: Si llegasen a leer esto, un saludo a vosotras chicas, y a los profesores; Diego A, Carmen R, Rosa C, Roger V, Jatniel V, y el resto de ese maravilloso grupo del CIELA.
Diego R*
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