jueves, 21 de julio de 2016

Las mejores novelas que fueron escritas bajo la influencia de las drogas

“El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos.” Arthur Rimbaud

Durante años ha existido un debate sobre la capacidad de las drogas para potenciar los resultados de un escritor, pintando su prosa o verso con matices que no alcanzarían a verse en un estado lúcido. 
Alucinógenos, estimulantes, sexo y letras lograron impactar el mundo literario con voceros simbólicos que no se acercan ni poco a los talentos de Fitzgerald, Hemingway o Nathanael West pero que los sobrepasan con temáticas y estructuras feroces como En el camino de Jack Kerouac, pionero de la Generación Beat, Kerouac se convirtió en una celebridad clandestina que decía lo que muchos imaginaban pero pocos entendían. Así como él hay muchos autores -más allá de los usualmente conocidos- que han escrito maravillas bajo la influencia de sustancias prohibidas.

Todo lo escrito por Stephen King en los 80
El autor macabro no esconde su adicción a las drogas y el alcohol cuando apenas recuerda haber escrito varias de sus grandes obras. En sus momentos más oscuros estuvo hundido en el pensamiento alucinante y derramando sangre después de aspirar tanta cocaína. El miedo de perder la magia de la escritura lo mantuvo atado a pastillas, tragos y otras drogas. Después de escribir en 1987 ´Los Tommy Knockers´  y ser criticada radicalmente, King decidió que era momento de detener su autodestrucción y publicó ´Needful Things´ (La Tienda).
“Estaba en un lugar sensible de todos modos, era la primera cosa que yo había escrito desde que tenía dieciséis años sin beber ni drogarme” le dijo a Paris Review. Estaba totalmente limpio, excepto por los cigarrillos. Cuando terminé el libro pensé <esto es bueno>”


El Manantial de Ayn Rand
Después de 30 años de anfetaminas, empezando por Benzedrina en 1942 mientras se apresuraba a completar El Manantial y continuando con Dexadrina y Dexamyl en los 70, Ayn Rand completó sus mejores obras. 

El alcance exacto de su dependencia a las anfetaminas es adyacente al más amplio autoengaño. Rand se apasionaba por una filosofía que aceptaba como meta humana más grande la protección de los intereses individuales, respaldados por el juicio personal que jamás intentaría fingir o falsear la realidad de ninguna forma. Sin embargo, como cualquiera que haya experimentado con drogas, sabemos que son la mejor manera de distorsionar y borrar la línea que divide lo que es real o ficticio, ¿acaso eso no es fingir la realidad?


Más libros de Susana Sontang de los que te podrías imaginar
“He tratado, pero lo encuentro muy relajante. Uso speed – anfetaminas – para escribir, que es lo contrario a la marihuana. Algunas veces cuando me siento estancada tomo una pequeña cantidad de speed para poder seguir… Tomo muy poco a la vez, y lo limito al tiempo en el que trabajo en algo. Entonces, la mayoría del tiempo mi mente está limpia, y puedo editar sobre la marcha lo que tal vez fue muy apresurado. Te hace un poco menos crítico y muy fácil de satisfacer. Pero a veces cuando estás estancado es de mucha ayuda.”
Sobre la razón del consumo, Sontag dijo:
“Creo que es porque no es natural para las personas estar solas. Creo que hay algo antinatural al escribir en un cuarto sola y que es algo natural que los escritores y pintores necesiten de algo para sobrepasar horas y horas de estar con nadie más que tú mismo, penetrando al interior de tus propios intestinos. Creo que probablemente es una defensa ante la ansiedad que tantos autores hayan recurrido a las drogas.”


Saint Genet
Bajo la influencia de anfetaminas que duró más de 20 años -pero antes de llegar a constantes alucinaciones de langostas por ingerir grandes cantidades de mescalina- Jean Paul Sartre escribe en 1952 más de 600 páginas de biografía sobre la vida y obra del novelista francés Jean Genet. 

Lo que empieza como un favor para Gaston Gallimard, quien le pide que escriba un prefacio de la recopilación de Genet, termina estremeciendo la mente de los lectores en cada página. Lo interesante del siglo XIX es que, como Sartre, los autores eran psiques únicas bajo la influencia y mentes brillantes lejos de ella que comprobaban que la palabra resulta, a veces, más fuerte que cualquier alucinógeno.


Rob Roy
El novelista escocés Walter Scott ingería láudano, una sustancia que contiene morfina y opio usada comúnmente en el siglo XIX para tratar todo tipo de dolores. Comenzó con fines medicinales pero terminó en una adicción. Cuando Scott comenzó a escribir Rob Ray en 1817 se vio forzado a medicarse en grandes cantidades para sobrevivir al excruciante dolor al que se sometía diariamente por la aparición de cálculos biliares en su vesícula. 

Mágicamente fue bajo estas condiciones de sufrimiento y hambre que el autor escribió la que puede ser la más leíble de sus obras. Acabó en diciembre de 1817 para publicarse 30 días después.

W. H. Auden 
Tenía la costumbre de ingerir cuantas pastillas pudiera. Tomaba una dosis de Bencedrina (una anfetamina introducida en Estados Unidos en 1933) cada mañana con la naturalidad con la que cualquiera toma una taza de té. Por las noches usaba Seconal o cualquier otro sedante para dormir. 

La rutina química no se rompió hasta que el efecto dejó de causar placer y se volvió un sentimiento cotidiano, nada especial. Las anfetaminas para Auden eran una herramienta que salvaba vidas en la “cocina mental”, como él llamaba a la psique. Junto con el alcohol, el café y el tabaco, Auden consideraba que las drogas eran “mecanismos crudos e inestables, posibles de herir al cocinero y causar constantes depresiones.”

El Poder y la Gloria  
“Hay dos cosas que quiero: una niña bonita con quién acostarme y saber en dónde puedo conseguir opio.” – Graham Greene durante su visita a China en 1957.
El escritor y guionista británico hace alusión en el título de la obra a la frase con la que termina el Padre Nuestro: “Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos, amén. 

En su obra el protagonista es un sacerdote desvergonzado del estado de Tabasco con el que el autor convence a la gente del poder de los sacramentos católicos a pesar de la adversidad que ciertas figuras imponen en la estructura religiosa. Bajo la dictadura de la Benzedrina escribió, como resultado de sus “viajes”  -literales y figurativos- a México, esta novela soberbia de atmósfera paranoica, transtornada y amenazante.

El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde
Corre el rumor de que Robert Louis Stevenson vivió 6 días sin contacto con la realidad, prisionero de los efectos de la cocaína mientras escribía la historia aterrorizante de la personalidad compartida del Dr. Henry Jekyll. De acuerdo con la historia oficial, la novela surgió de una pesadilla mientras una difícil enfermedad lo mantenía atado a su cama; a pesar del dolor físico y el agotamiento mental escribió su obra maestra.
“La hazaña física en sí fue tremenda pero en lugar de lastimarlo, despertó en el un ánimo inexpresable” dijo su hijastro Lloyd Osbourne.

Cándido
“Voltaire devoraba entre 50 y 72 tazas de café al día, un hábito posiblemente relacionado con la brevedad y manía de Cándido”, reporta Washington Monthly.
La droga psicoactiva que esta presente en el café inundaba la mente del escritor que en 1759 publicó el cuento filosófico de nombre Cándido o El Optimismo. 

Aunque pocos lo saben, el hígado humano reacciona ante la ingesta de cafeína desmantelando furiosamente lo que considera como veneno, algunas partículas llegan a alojarse en el cerebro mientras el corazón palpita desesperadamente convirtiéndolo en una poderosa droga; misma que alteró el pensamiento y percepción de este gran escritor y filósofo.

Los escritos de Louisa May Alcott
La autora de Mujercitas después de ser diagnosticada con reumatismo desarrolló una adición al opio, la marihuana y la morfina. Las drogas la ayudaban a dormir. A pesar de que el concepto de adicción no era conocido en el siglo XIX, Alcott conocía las atrocidades que ocasionaba hacer uso continuo del opio y decidía continuar, creando una dependencia que la llevó a consumir constantemente por el resto de su vida.

Con o sin drogas estos autores han trascendido en la mente de millones y lo más importante para tener presente es lo siguiente: 
“La heterodoxia gramatical no es fruto del delirio de psicopatías inducidas, sino de ejemplos extremos de técnica o de virtuosismo, hijos todos de la lucidez, jamás de desatados locos de atar.” Alejandro Mar




miércoles, 29 de junio de 2016

Concurso de poesia: Descubriendo poetas

   

     Desde Buscadores de Libros, A.C. queremos agradecer a los poetas que participaron en nuestro 1er concurso de poesía, gracias a: Robert Lethidel, ganador del concurso, a Alejandro Hernández, Adriana de la Rosa, Edson Machado, Jesús Luces, Víctor Delgadillo Pacheco, y Yuliannys Cedeño quienes ganaron una mención honorifica, gracias a Daily Domínguez, Emy Torrealba, Elizabeth Castillo, Gabriel Salicetti, Maria Hernandez, Reyner García y a Fabiola Sánchez, que participaron.

A continuación, y sin ánimos de lucro de ningún tipo más que compartir la buena literatura y el arte, compartimos con ustedes los poemarios participantes de nuestro concurso: Descarga los poemarios aquí 

miércoles, 15 de junio de 2016

El Repertorio Literario de Pedro J. Zamora Nessi

Pedro J. Zamora Nessi: Informático, aprendiz de
panadero, esposo y padre a tiempo completo.
    Cuando mis buenos amigos de Buscadores de Libros me contactaron para hacer esta lista, además de sentirme halagado, me sentí aturdido. Mi vinculación al mundo literario, hasta ahora, es la del pasatiempo, la del ávido lector, la del coleccionista de libros. ¿Qué aportes pudiera hacer yo, humilde profano, a una comunidad de lectores en continuo crecimiento? ¿Con cuál autoridad me invisto y digo: "señoras y señores, este es mi repertorio, mis recomendaciones, mis imprescindibles"?

    Mi profesión se aleja de los libros, los margina al tecnicismo; las actividades que realizo para ganarme la vida, también. Aunque, siendo justos, y haciendo un poco de memoria, no siempre fue así: en los años 90 fui reportero de artes y espectáculos del semanario La Tortuga, el periódico escolar.

    En aquel entonces recibí una recomendación literaria de un gran autor, cuando recibimos en el liceo la visita del escritor Eduardo Liendo y se me encomendó entrevistarlo para el periódico. Fue el día más vergonzoso de mi corta carrera en el periodismo, y al mismo tiempo, el más grandioso. Había leído “El Mago de la cara de vidrio” y “Si yo fuera Pedro Infante”; Eduardo Liendo era, y en cierta forma aún lo es, mi rockstar.

    Ante la presencia del escritor enmudecí. Tenía unos 14 años, no sabía que preguntarle, que comentarios hacer de su obra, de su vida, de sus inquietudes políticas o filosóficas. Era obvio que al no preparar la entrevista lo defraudé, lo pude notar en la desilusión de su rostro, en su mirada condescendiente. Un compañero, al ver mi mudez, acudió en mi auxilio y disparó varias preguntas del tipo: “¿Cuál es su equipo de béisbol?”. Mientras, vi fugarse entre mis dedos la única oportunidad de poder tener una conversación cara a cara con mi ídolo.

    Con la intención de redimirme, casi yéndose Don Eduardo, le pregunté: “¿Cuál es su novela favorita?”. Mirándome a los ojos, y sin tomarse un segundo de reflexión, contestó: “El lobo estepario, de Hermann Hesse”. La entrevista terminó, el escritor se fue, y la resaca ha durado más de 20 años.

     Ahora, que digerí el Tractat del lobo estepario, que crecí espiritualmente junto a Emil Sinclair, que sobreviví gracias a la sabiduría científica de Ciro Smith, que morí buscando las respuestas junto a Iván Ilich, que pasé la noche en vela por una alarma maldita, que me batí en duelo con tres mosqueteros un mismo día, que llegué a Denver desde Nueva York pidiendo cola, que me perdí en la biblioteca de la abadía, que aniquilé la esperanza en un puente esloveno, que navegué los siete mares contagiado por la obsesión del capitán Ahab, que evoqué esta anécdota ridícula de mi niñez, y que me inflamé con el espíritu épico de mis héroes... pudiera, no sin cierto recelo, ofrecer una lista de diez libros que han sido la brújula inconsciente de mis aciertos:
  1. El lobo estepario, Hermann Hesse.
  2. Demian, Hermann Hesse.
  3. La isla misteriosa, Julio Verne.
  4. La muerte de Iván Ilich, Lev Tolstoi.
  5. Si yo fuera Pedro Infante, Eduardo Liendo.
  6. Los tres mosqueteros, Alexander Dumas.
  7. En el camino, Jack Kerouac.
  8. El nombre de la rosa, Umberto Eco.
  9. Liubliana, Eduardo Sánchez Rugeles.
  10. Moby Dick, Herman Melville.

domingo, 12 de junio de 2016

Los seguiamos, por Mariela Mendoza


Encuentro casual:-ehhhh esteee hola usted es@buscandolibros? Hemos conversado por IG. Me recuerda ?-tú eres @ostia75?-Si! Si! Como está amigaaaaa? Hasta que al fin nos conocemos!!! Claro, que bueno verte!-muack, muack en cada cachete- (es hija de españoles y ya sabemos muy bien qué es casada con una hermosa nena que ama leer y están esperado el próximo evento infantil... Ah acaba de renunciar a su trabajo para ser independiente)

      En fin, primera vez que nos vemos pero sabemos un poco de la vida de cada quien, lo que nos gusta leer -pues por allí comenzó todo-, que nuestra escritora favorita es.... Y así, sin más nos tenemos aprecio y hasta nos invitamos un café.....esos somos los "Seguiamigos" que nos conocimos en esa sala gigante que son las redes sociales donde nadie presenta a nadie pero podemos ser grandes amigos, compartir e incluso no conocernos jamás pero despertar sentimientos y emociones en extraños... que repentinamente podemos dejar de serlos y hasta vamos al próximo cumpleaños! Que viva la amistad entre lo seguidores! Ahora también tenemos o somos "seguiamigos"-@buscandolibros Anota mi numero....ok, listo pues! Nos hablamos para lo del cumple de la nena.... -Quedamos pues! Nos hablamos... Mira @ostia75: cómo es que te llamas?

Como directora de #buscadoresdelibros tener muchísimos nuevos seguidores hacen que la conexión e interacción nos lleve a convertirnos en amigos, a crear lazos afectivos en la distancia y a sentir placer enorme cuando uno se conoce. Saludos a todos nuestros - ya a esta hora - un poco más de 3 mil "Seguiamigos"

viernes, 20 de mayo de 2016

Escribiendo por Alana Marqués Reverand



Se van escribiendo cosas: Sentimientos, pensamientos y acciones.
Se van plasmando en un papel y, por supuesto, en la memoria.

Se van sintiendo cosas: alegrías, tristezas, euforias 
y hasta los desengaños se van dejando en un papel
para que no nos hagan daño.

Se van pensando cosas: planes, venganzas y perdones,
los expiamos en el papel para no sucumbir a las pasiones.

Se van haciendo cosas:  castillos de arena, compromisos y decisiones, 
las marcamos en un papel para borrarlas con las desilusiones.


11/04/2016


domingo, 24 de abril de 2016

Reseñas: El placer de vivir de André Comte–Sponville

Escrito originalmente en francés como Le goût de vivre, El placer de vivir es la primera traducción al castellano de la presente obra realizada por Marta Bertran Alcázar y Rosa Bertran Alcázar.

El autor, André Comte – Sponville (1952), es un reconocido filósofo francés. Fue profesor universitario durante un largo período de su vida en la Universidad de La Soborna, la cual dejó para finalmente dedicarse a la escritura. Hoy en día es autor de numerosas obras, todas ellas en el ámbito de la filosofía, destacando por una redacción y claridad explicativa que  permite colocar la filosofía al alcance del lector común.

El placer de vivir está compuesto por una selección de 101 artículos previamente publicados, y organizados de forma cronológica. El primero de ellos,  Los límites de la moral, fue publicado el 18 de noviembre de 1988, y el ultimo, Infierno y paraíso, en enero del 2010.

Los artículos están expuestos en forma de ensayo bajo un estilo que huye del tecnicismo En su prefacio, Comte-Soponville advierte que intentó realizar una selección minuciosa de los artículos que componen el libro, queriendo evitar aquellos muy limitadamente contextualizados en Francia o inclusive Paris, que le impidieran al lector global hacer una apreciación razonable.

Aun así, muchos de ellos  incluyen experiencias globales bajo una óptica local, mientras que otros abordan temas filosóficos universales, como el amor, la música, religión, ética o política, la moda, la vida o la felicidad.

A través de El placer de vivir, el lector es tentado a reflexionar junto al autor, ya que se abordan temas sumamente cotidianos sobre los que el hombre común no suele reflexionar, y pocos autores académicos suelen abordar de forma seria, y no menos pedagógica.

Como ejemplo ello, en Juventud y seguridad (p.27), el autor señala que la juventud es una etapa muy particular, en tanto que los jóvenes se creen muchas veces más capaces y sabios de lo que son, dotados de una confianza muy necesaria en ese momento de la vida. Por esas razones, y otras más, Comte-Sponville señala que la juventud se equivoca y debe equivocarse, y que debe protegerse de sí misma y de la sociedad.

En su primer artículo, Los límites de la moral (p.19), el autor  concluye que la moral es necesaria pero no suficiente para dirigir nuestras vidas. La moral, es bastante eficiente señalando cosas que no se deben hacer. Sin embargo, vivir la vida no se trata solo de no hacer cosas, sino precisamente de si-hacer, y para ellos la moral no debe ser nuestra única guía porque no es suficiente:  “querer ser un santo sería prohibirse ser un sabio” (p.20).

En Los celos (p.50) se aborda la diferencia entre los celos y la envidia. Señala a través de varios ejemplos que el objeto de los celos es aquello que se tiene, se posee; mientras que el objeto de la envidia es lo opuesto: se envidia aquello que no se tiene, de lo cual se carece.

Como se indicó, el libro aborda múltiples temas como la política, religión, familia, infidelidad, seguridad, humanidad, prestigio e historia, entre otros. Un amplio brebaje de temas que no tienen por qué ser leídos de principio a fin, sino que pueden ser escogidos de acuerdo a los intereses del lector.

 Acertado es que cualquiera que se atreva a leer El placer de vivir tendrá una herramienta para afrontar experiencias cotidianas con buen grado de asertividad.

Por: Marielen Muñoz

jueves, 4 de febrero de 2016

Soñar Contigo, por Alana Márquez.

Jeune Fille endormie, de Picasso.

Soñar contigo ha sido como viajar en el tiempo
Hacia atrás y hacia adelante...


Hacia el pasado vivido y hacia el futuro que, sé, no viviremos.


Sé que nunca leerás estás líneas pero necesito decirlo,
arrancarlo de mi pecho.


Soñar contigo es volver a reír de felicidad,
dejar de sonreír para disimular la tristeza que me ahoga al pensar que ya no estás.


Soñar contigo es recordar cada beso, cada abrazo, 
cada atardecer en el mar.


Soñar contigo, y luego despertar 
es recordar que ya no estás, y ya nunca estarás. 


Sé que nunca leerás estas líneas  pero necesito llorarlo,
arrancarlo de mi alma.


Soñar contigo fue volver a escucharte decirme: Te amo 
y yo volver a creer que es verdad.


Soñar contigo fue real... 
y hasta sentí un vestigio de la esperanza de volverte a acariciar.


Soñar contigo fue, lo mejor que me pudo pasar.

Por Alana Márquez.

martes, 19 de enero de 2016

"Educar para Venezuela" Arturo Uslar Pietri




Para preservar el legado de uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, la Fundación Casa Arturo Uslar Pietri y Los Libros de El Nacional crearon la Biblioteca Uslar Pietri como una manera de llevar a las manos de todos los venezolanos las grandes obras de este insigne escritor; recordemos que él fue, además, abogado, periodista, productor de televisión y político. El día de hoy, recomiendo una de las obras más sensibles de Arturo Uslar Pietri titulada “Educar para Venezuela” publicada por primera vez en 1981, pero que podemos conseguir con reedición del 2008.
En Educar para Venezuela, Uslar Pietri cuestiona el peso de las teorías pedagógicas y las ideologías en el Sistema Educativo Nacional, así como su vinculación con la experiencia vital del saber. De esta manera, mientras leemos el libro, el autor se cuestiona sobre ¿cómo se está educando en el país? ¿Cuál es el papel del maestro en la enseñanza diaria?Y desarrolla temas orientados a la reflexión sobre el porvenir de la juventud venezolana, la universidad y el analfabetismo en el mundo.

Este libro contiene veintitrés ensayos que, sin duda alguna, merecen una relectura para repensar sobre la educación porque, a pesar de que fue escrito hace más de 20 años, Educar para Venezuela es un texto completamente vigente porque el destino de un país siempre gira entorno a la educación que este tenga. Así que, estimado lector, dese el gusto de devorar el libro “Educar para Venezuela” de Arturo Uslar Pietri que pueden encontrar en su librería favorita. 


Reseña por : Ángel Gutierrez



jueves, 14 de enero de 2016

Nuestros primeros pasos.

Cuentos infantiles en nuestro deposito para fomentar
el hábito de leer desde la niñez.
    Cuando mi hija ingresó en el sistema escolar quise aportar algo de mí a la comunidad educativa; entre otras cosas, comencé a llevar a cabo actividades en torno a los libros. El azar me llevó a gente que como yo sentía placer por la lectura. De allí en adelante las ideas empezaron a fluir, pero más que las ideas ha sido la pasión y dedicación las que me han llevado hace pocos meses a celebrar los cinco años de “Buscadores de Libros de Guayana” con la premisa de dar de leer a la comunidad, de fomentar el hábito de la lectura a través de múltiples actividades. Somos un grupo de voluntarios de diversas edades, habitantes de Ciudad Guayana, estudiantes unos, profesionales otros, amigos unidos en la práctica de hacer algo por el bien común. En principio, solo realizamos intercambios de libros: traes uno, lo colocas en la mesa y te llevas otro que no hayas leído… Luego, las actividades fueron creciendo hasta convertirse en un propósito de vida: solidaridad a través de los libros.

  En “Buscadores de Libros de Guayana” llevamos cinco años recolectando libros nuevos o usados en buen estado para reubicarlos donde hagan falta, realizamos tardes de cuenta cuentos para niños donde a cada uno de los pequeños se le regala un libro para que lleve a su hogar y tenga motivación a leer, visitamos bibliotecas y llevamos enciclopedias apropiadas para el uso de los estudiantes, realizamos conversatorios temáticos acompañados de intercambios de libros del tema tratado, vamos a las universidades y escuelas realizamos bazares con libros que esos estudiantes necesitan, apoyamos a instituciones que luchan por la educación de niños de bajos recursos, de niños trabajadores de los mercados populares de San Félix, aglutinamos talento a nuestro entorno con el lema de que dar es tan bueno como recibir, animando a la gente a dar, y no solo libros, sino lo más importante: tiempo. Tiempo y dedicación que le lleve a descubrir que nuestras acciones generan felicidad en otros y que podamos disfrutar de ese placer y de la sonrisa que podamos lograr. Esos momentos son los de mayor inspiración para seguir adelante en la difícil tarea de enseñar que en los libros hay una ventana de oportunidades para descubrir el mundo y que las circunstancias de nuestras vidas pueden cambiar con educación, que los libros nos hacen más libres de pensamiento, que podemos ver más allá del entorno en que vivimos. La sonrisa de un niño pidiendo que le den un libro, nos inspira. Dar un libro a quien no lo puede comprar, nos inspira. Que alguien se inicie en la lectura por nuestra motivación, nos inspira. Por ello, momento de mayor inspiración fue ver cómo con nuestras actividades de cuenta cuentos, un niño de unos 12 años nos dijo que él quería ser cuenta cuentos y está leyendo mucho para poder contar historias y lograrlo.

En el depósito de Buscadores de Libros
  Los momentos difíciles de nuestro emprendimiento social, solidario, ad honorem y sin fines de lucro, es vernos imposibilitadas de llegar a donde haya más necesidades y carencias educativas, por motivos harto conocidos.

  Apostamos a lo positivo a seguir impactando y sorprendiendo a las personas con libros gratis, trabajando en la búsqueda diaria de libros para luego compartir. Vemos rostros sorprendidos por lo que hacemos y se motivan a darnos el capital de nuestro emprendimiento: los libros. Cuando damos, motivamos y ese es uno de nuestros mayores logros: inspirar a otros a hacer algo por la comunidad, por tus semejantes. En fin, apostamos a que todos hagan algo por el bien común.


Eso ha sido “Buscadores de Libros de Guayana”.

Mariela Mendoza 

miércoles, 13 de enero de 2016


Actualmente vivo en Caracas desde hace casi un año, puesto que estudio Economía en la Universidad Central de Venezuela, pero soy de Guayana y llevo 3 años trabajando por esta labor tan bonita que es @buscandolibros:

    El día de hoy me dispuse a usar el metro para llegar a mi casa puesto que es la manera más rápida de transportarme en Caracas, pero éste tenía un retraso simplemente anormal y siendo un viernes a las seis de la noche la bestialidad podía más que el sentido común del ser humano.

    Cuando el vagón se encontraba en Sabana Grande, escucho como una niña de no más de 13 años gritaba y empezó a llorar porque le estaban haciendo daño al empujarse y apretarse todos con el fin de entrar en el vagón, nadie hizo nada y siguieron empujando, no mas esta decir que me afecto el asunto, simplemente no estoy acostumbrada ni al salvajismo, ni a la brutalidad, ni al maltrato hacia cualquier ser humano.

    En ese momento recordé que en mi bolso llevaba un ejemplar de "El Mago de Oz" que estuve leyendo todo el día Y decidí regalárselo a la niña para que por lo menos el recuerdo de ser aplastada hasta sentir dolor pudiera reemplazarse con el regalo de un libro tan bonito como es ese. La niña estaba feliz con su regalo y quería leerlo ahí mismo en el metro. Así que espero que lo termine (por que yo no pude, jajaja), y espero que siga leyendo más y más y más. 

La niña leyendo el libro que le acababa de regalar

    Entonces, les cuento esto para simplemente alentarlos a que compartan libros, sin importar donde estén o que estén haciendo, si sienten que hay alguien a quien lo va a ser feliz el recibir un libro y ustedes tienen la posibilidad de dárselo, dénselo. Y conviértanse en un buscador de libros a distancia, incentivemos juntos la lectura y mejoremos nuestra sociedad a punta de trabajos de hormiga.

Meribel López